jueves, 2 de diciembre de 2010

Expulsados de la Bahía

"Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo (...)" Artículo 41 de la Constitución Nacional.

Despojados del lugar que los vio nacer, los últimos habitantes del Brete observan los escombros de lo que fue su hogar. La orilla del Paraná ya no les pertenece. Fueron desalojados y luego arrasados por el monstruo de la “Entidad”, que con sus grandes maquinarias se apropió de “la mirada al río”. Los dejaron sin identidad, sin historia, sin derechos. Ya no queda nadie en la Bahía, ahora el señor “Progreso” puede avanzar tranquilo eliminando toda armonía posible con el Paraná.

La lucha social del Brete comenzó en el 2003 en repudio al desalojo y relocalización de los vecinos y en defensa a la integridad barrial. Tras años de resistencia, marchas, huelgas de hambre y acampes en la plaza, hoy la Bahía se convierte en un afectado más por la construcción de la represa de Yacyretá y "sus obras complementarias".

¿Cuál es el significado de “progreso” en este contexto de avasallamiento, en donde se privilegia el beneficio para unos pocos, y esos pocos siempre son los que más tienen? ¿Qué se entiende del lema “crecer más, crecer en paz” cuando son cientos los pueblos sepultados bajo agua, mientras la salud quedó postergada ante la venida de enfermedades vectoriales como la leishmaniasis, el dengue y el paludismo? ¿Dónde está el mañana próspero cuando el impacto ambiental de las megarepresas es cada vez más dañino? ¿Se preguntarán los ex vecinos del Brete, se preguntarán Todos?

domingo, 28 de noviembre de 2010

Cicatrices

"Hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto/ una cosecha de la nada/y sin embargo el olvido está lleno de memoria (...) Ocurre que el pasado es siempre una morada pero no existe olvido capaz de demolerla (...)" (Fragmentos de Mario Benedetti)

Entender que esta historia se termina es casi imposible cuando aún nos une algo, y en esos casos el olvido, definitivamente, no existe; se convierte en una farsa.