lunes, 11 de octubre de 2010

Patrimonio del olvido


“La cultura es la sonrisa con fuerzas milenarias, ella espera mal herida, prohibida o sepultada
a que venga el señor tiempo y le ilumine otra vez el alma” (L.G.)

Iluminado por los rayos del sol que atraviesan sus grandes ventanales y penetran los anchos pasillos, el antiguo Hotel Savoy parece tener vida propia. En los amplios salones y en cada habitación se respira una atmósfera de principios del siglo XX y a pesar de permanecer en ruinas, la historia del patrimonio resiste en sus paredes.

Entre los escombros y el fuerte olor a humedad, el Savoy me recibe en cada uno de sus espacios con un estado de lamentable deterioro, motivo de la desidia y la indiferencia de varios gobiernos que se sucedieron en los últimos 20 años, desde que quedó abandonado.

Estremece ver la eutanasia de un gigante. Conmueve respirar el olvido entre sus estructuras débiles. El Savoy lucha por no caer. Lucha por salvar su historia. Lucha contra la ignorancia y el desinterés de aquellos modernos conformistas. Lucha frente a la resignación del progreso. Aún no deja de respirar y se mantiene de pie por recuperar la memoria de un pueblo.

(Fotografía de una de las habitaciones del Hotel Savoy. Posadas, Misiones 5/10/10)

2 comentarios:

Diego Bogarín dijo...

Igual, me parece que el Savoy también es el emblema de una época nefasta, de mensúes y capangas, de burgueses adinerados y parias empobrecidos. La familia Barthe, propietaria de este espacio y cientos más -quien sabe con qué permisos-, no creo que se merezca un Nobel Alternativo de la paz...

AnaVi dijo...

Estimado Diego, teniendo en cuenta que con el paso del tiempo y por distintos procesos históricos/culturales/sociales los espacios se van resignificando a partir de las intervenciones, apropiaciones y usos que les den los sujetos o una comunidad determinada, me parece que con más razón el Savoy debería ser un lugar en donde se exprese este "otro lado de la historia" mediante producciones artísticas/culturales (etc), sobre todo porque estoy segura que muy pocos conocen esa "época nefasta". Un ejemplo, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), un centro clandestino de detención por el que pasaron alrededor de 5000 personas que fue declarado monumento histórico y hoy funciona un "espacio para la Memoria y la Promoción y defensa de los Derechos Humanos".