martes, 14 de septiembre de 2010

De mis pagos

Por esos caminos, por rutas y paisajes misioneros es común encontrarse con el producto del trabajo en la tarefa siendo transportado hasta quién sabe dónde. Detrás, miles de conflictos, reclamos y resistencias históricas que persiguen un objetivo simple e innegable, el derecho a un trabajo, una vivienda, educación y salud digna. Excluido, denigrado y explotado, el tarefero se convierte en mano barata para un aparato económico que sigue lucrando a través de la plusvalía. Así lo explican sus protagonistas:
"Somos tareferos de Misiones, somos los que cosechamos la hoja verde que después se convierte en la yerba que ustedes están tomando hoy como mate o tereré… nos cansamos de morir de hambre de a poco por eso decidimos que era tiempo de que nos vean y nos escuchen… La vida y el trabajo del tarefero es difícil, sacrificada, trabajamos a la intemperie, trasladándonos kilómetros y kilómetros amontonados en camiones inseguros, con sol, lluvia, frío. La gran mayoría estamos en negro, cobrando una miseria. Muchas veces tenemos que llevar a nuestros hijos a tarefear con nosotros… Al tarefero nunca le alcanza, nunca le llega la ganancia de este negocio, y siempre fue así… Pero es tiempo de que digamos basta… “el placer de tomar mate no puede seguir descansando sobre la esclavitud de miles y miles de tareferos”. (Montecarlo, 20 de Noviembre de 2009. Sindicato de Tareferos, Trabajadores Transitorios y Desocupados/CTA)

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